
Esto podria ser una cosa muy común en cualquier casa con bebé, pero cuando te lo dicen al momento de cambiarlo a las 11:30 de la noche, bueno mutas en bestia peluda, sientes que los ojos se te salen y los instintos mata maridos transpiran por tu piel.
Y eso sucedio anoche cuando después de carcajearnos leyendo un blog, al momento en que nuestro beboncho se despierta para su demandante cambio de pañal, de lo quiero ahorita y no esperare 2 segundos, el único pañal que quedaba era uno de reserva en la pañalera. Demonios!!!, esa fue mi expresión contra el contrariado papá, ¿qué no fuiste por los pañales?, para luego escuchar la tan temida respuesta que de antemano sabia: No, se me olvido. A veces no se para que pregunto, si ya se de automatico las respuestas pero aun así creo que gana un poco mis genes de drama que corren por mis venas.
Deje un poco que papá buscara la solución mientras me tranquilizaba para no sacarle los ojos, llamó a una farmacia y por supuesto que a esa hora no habia servicio a domicilio, el sitio de taxis cerrado y la única opción era salir con mi pijama a llevarlo al oxxo a comprar pañales, lo que a las 6 de la tarde hubiera sido simple, los sui generis lo complicamos.
Así que allá vamos, dejando al beboncho con la abuelita, yo manejando (porque en una familia sui generis es así) y papá con una cara de no lo vuelvo a hacer que no podia con ella.
Y es que en una familia sui generis donde mamá compra pañales casi por ciento para prevenir, esto resulta una tragedia, jaja, ya ni hablamos del discurso que me aventé de "Necesito que me apoyes, yo salgo a trabajar y tu eres el gerente de la casa, no puede ser que se acaben los pañales"; después de ese desahogo histriónico, me sentí mejor.
Ya hoy con pañales, de nuevo somos una familia sui generis feliz.
P.D. Edito para decir que después de ese episodio y ante el sentimiento de culpa que lo carcomio, papá fue hoy a comprar un ciento de pañales (cuando digo ciento es textual).
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